miércoles, 2 de septiembre de 2015

El porqué de la lluvia

Esto no es como el agua que cae del cielo sin que se sepa exactamente por qué, hay razones, España tiene crecimiento económico.
A éstas alturas se ignora aún si al presidente del gobierno le ha asesorado también en ésto de la lluvia su primo, el catedrático de física en la Universidad de Sevilla, aquél que le dió una charla sobre el cambio climático, y si ha ocurrido como entonces, que no entendió muy bien la diferencia entre tiempo y clima, o bien, que ésta sorprendente afirmación sea debida al becario que han contratado en el PP durante el verano para que le escriba los discursos; el hecho es que con la meteorología el señor Rajoy tiene claramente un problema, y lo ha tenido que evidenciar en Galicia, lugar en donde, precisamente, no es que llueva poco y cualquiera debe tener bastante claro -a base de mojarse- el porqué de la lluvia: no, desde luego, como consecuencia del supuesto crecimiento económico, sino debido, más bien, a la precipitación continuada del agua en suspensión, como seguramente le explicaron en el Bachillerato (aprobó Naturaleza con un 5 raspado -Suficiente- en 4º Curso).
Hay palabras que suben como el humo y otras que caen como la lluvia, dijo la marquesa de Sévigné; a saber de que tipo son aquellas con las que discursea el señor Rajoy. Claro que si citamos a la marquesa de Sévigné, también podríamos -es gratis- recordar otra frase suya: Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua es porque se debe mirar y escuchar dos veces antes de hablar. En el caso del señor Rajoy creo que sería aconsejable que se duplicara ese factor de seguridad, que últimamente se prodiga en exceso y no tiene costumbre.


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