domingo, 12 de marzo de 2017

Portugal

Que vivimos de espaldas al país hermano es algo fácilmente constatable: reto a quien quiera a que me cite una noticia de cualquier tipo ocurrida en Portugal y mencionada en cualquiera de los telediarios de ámbito nacional durante la pasada semana. Si ésta ignorancia general no es nueva, sí lo es el que yo creo interesado silencio de los medios -salvo contadas excepciones- sobre la situación política reciente en el país vecino; pasaron los tiempos en que día sí, día también, tanto Grecia como Portugal como los parientes más pobres de la pobre familia de países europeos del sur (PIGS) recibían la visita de los hombres de negro de la troika para imponer nuevos recortes o nos informaban de un nuevo máximo en su prima de riesgo. Ahora, un gobierno portugués  liderado por el partido socialista pero, sobre todo, en el que participan el Partido Comunista de Portugal y el Bloco de Esquerda ha conseguido comenzar a revertir las nefastas políticas de recortes impuestas desde los centros de poder europeos y a recobrar paulatinamente derechos sociales perdidos.
Sí, parece que otras políticas -y no sólo el mantenimiento con sordina de los recortes salvajes- son posibles y que ello es compatible con la reversión de la crisis, que en buena parte ha sido un artificio inventado con el único propósito de dar tremendos tajos al Estado del bienestar en manifiesto y exclusivo beneficio de minoritarios intereses privados.

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