lunes, 19 de junio de 2017

Fortunitos

...un abanico puede ser una terapia ocupacional importante para los niños, haciéndolo como lo hacíamos cuando éramos pequeños: dobla, dobla, dobla y tienes el abanico; al señor Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Rafael Sánchez Martos, le faltó añadir que, con posterioridad, se agite el abanico ante la cara, lo cual producirá turbulencias de aire que tendrán como efecto evaporar el sudor de la piel y la consiguiente sensación de frescor: clase de Física, como beneficio añadido a la terapia ocupacional.
Sin embargo, la presidenta de la Comunidad de Madrid -de la que, por tanto, depende el Consejero de Sanidad- aunque afirma que la medida -el dobla, dobla- no provoca ningún daño a nadie, también piensa que quizá no fueron las declaraciones más afortunadas del miembro de su equipo. Podía tener ideas mejores, pero en días peores hay frases más afortunadas o menos. 
Saco como conclusión que todo depende, una vez más, de la diosa Fortuna -quien, a la vista de tanto desafortunamiento, parece que se ha instalado en el pasotismo- y que, por lo mismo, aunque haya días en los que el señor consejero pueda tener ideas mejores, debemos conformarnos, en todo caso, con que la que tuvo ese día no haya provocado ningún daño; que también hubiera podido tener un día peor y una idea más dañina (y eso teniendo en cuenta que desde el puesto ocupado por el señor consejero es difícil peorar ciertos límites).
Visto que, al parecer, en éstos asuntos se depende en gran medida de la Fortuna, yo creo que el gobierno de la Comunidad de Madrid debía plantearse subcontratar a alguna ETT trabajadores auxiliares para crear un grupo o brigadilla  de apoyo a la diosa -los Fortunitos- para intentar mejorar el grado de acierto de según que Consejerías. O de la misma Presidencia.

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